domingo, 13 de junio de 2010

Menores en Desamparo



En esta entrada, me dispondré a explicar otro de los trabajos cuya temática es la de manores en desamparo.

Para hablar del concepto de maltrato y desprotección de menores, hay que tener en cuenta la diversidad de las familias, entender cuales son las necesidades básicas de los niños, y como consecuencia entender que las necesidades básicas del mismo están por estas costumbres culturales.

Para que exista maltrato infantil, debe fundamentarse en la perspectiva evolutiva, la presencia de factores de vulnerabilidad en el niño y existencia de un daño real o potencial.

Otra de las ideas importantes, es que el desamparo se puede producir en tres situaciones; en cuando se imposibilita el ejercicio de los deberes de protección del menos, por diferentes causas, como enfermedad, discapacidad de los padres, disfuncionalidades económicas o de las redes de apoyo...etc., incumplimiento de los deberes de protección, a causa de la conducta negativa de los responsables del menor, y el inadecuado incumplimiento de los deberes de protección de protección, a causa de una idea errónea por parte de los responsables de dicho menor de cómo deben proteger a sus hijos o menores a su cargo.

Por maltrato infantil, se entiende todo daño físico y mental que se le pueda hacer a un menor. Algunas de las tipologías son el abuso sexual, la negligencia o el abandono físico, abandono mental, rechazo, aislamiento...etc.

Las consecuencias del maltrato, se traducen en disfuncionalidades de tipo físico y psicológico, y también transtornos en el desarrollo del menor. De tal forma que pueden tener unas respercusiones irremediables y que lo limiten para el resto de su vida.

Para llevara cabo medidas efectivas que luchen contra la violencia infantil, se ponen en marcha actuaciones como los programas de tratamiento familiar, el acogimiento familiar, el acogimiento residencial y la adopción.

Bajo mi punto de vista, siempre debe procurarse que el menor no salga de su contexto sociofamiliar, ya que es mucho mejor actuar de forma que se pueda garantizar la vida digna del menor dentro de su familia y su entorno, que institucionalizarlo y sacarlo de su ambiente social.

Otro de los aspectos importantes que ha tocado este grupo en relación a la temática que ha elegido, es el papel del educador social en los centros de menores. Su papel más relevante se concreta en aumentar la capacidad de los niños para poder actuar sobre su propio destino, que los niños se sientan agusto siendo protagonistas de sus vidas, y favorecer un adecuado desarrollo de su infancia y la maduración integral de los mismos.

Creo que el papel de los educadores sociales dentro de las Instituciones de menores es fundamental para el desarrollo integral de estos niños, ya que se encarga de aspectos muy importantes. El aumentar la capacidad de éstos para poder actuar sobre su propio destino es vital, porque llegará un momento en que dejarán atrás la Institución en la que están, y cuando eso suceda, sólo tendrán su propio criterio y su madurez para tomar las decisiones adecuadas, y es ahí donde tendrá que verse el trabajo de los Educadores Sociales, un trabajo que bien hecho, tendra consecuencias positivas para estos niños y jóvenes durante toda su vida.

Además, los Educadores Sociales, tienen otras funciones como organizar los grupos de convivencia en los centros, trabajar el respeto a la diferencia y el respeto al resto de los menores, y también la creación y la aceptación de normas y tareas.

Otros de los aspectos importantes que se explican, es el tipo de acogimientos que se llevan a cabo para estos menores. Entre ellos caben destacar: centros de acogimiento familiar (acogida simple en familia extensa, acogida simple en familia ajena, acogida permanente en la familia extensa y acogida permanente en familia ajena) acogimiento residencial (centros de acogida inmediata, residencias, casas y casas tuteladas).

También se explican algunos programas que se llevan a cabo con este colectivo, de los cuales el más interesante bajo mi punto de vista y el que voy a comentar es el que está enmarcado dentro del acogimiento residencial para jóvenes mayores de dieciocho años que han sido tutelados o tuteladas. Su objetivo principal es que dichos jóvenes se enfrenten a su nueva situación de autonomía e independencia con las mínimas garantías para su plena integración sociolaboral. Las acciones de este programa comienzan a los dieciocho años y puede alargarse hasta la edad de veinticinco, y lo que se pretende es asegurar recursos y profesionales que los orienten y los asesoren para lograr desde sus primeras experiencias laborales, hasta su acceso a la vivienda. En este programa, intervienen con coordinación, la Dirección General de Infancia y Familias, con la colaboración del personal técnico de las Delegaciones Provinciales para la Igualdad y el Bienestar Social, así como una red de más de diecisiete Entidades Colaboradoras.


Creo que este programa es muy importante, además de todos los que se ponen en marcha, pero este especialmente, atiende a estos jóvenes que ante la ley ya son responsables de sí mismos, pero realmente, siguen estan tan desprotegidos como los niños y los jóvenes menores de edad. Además, en esas edades, que es cuando empiezan a caminar por sí mismos y a vivir la realidad, necesitan más apoyo que nunca para no sentirse perdidos y saber elegir las decisiones correctas, al igual que en nuestra familia nuestros más allegados lo hacen con nosotros.


Por último, me gustaría opinar que este trabajo me ha resultado muy completo ya que en él se recoge mucha información y muy relevante sobre el tema de la protección de menores en desamparo. Mi valoración es bastante positiva porque creo que le han sacado mucho partido a la temática y han hecho un trabajo que resulta interesante de leer y que aclara conceptos que en muchas ocasiones pueden resultar confusos como el papel tan importante que juegan los Educadores Sociales en ese ámbito.

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