martes, 15 de junio de 2010

Makarenko y la Educación Social



En esta entrada, llevaré a cabo una reflexión acerca de las aproximaciones que vinculan el Sistema Pedagógico de Makarenko en su libro “Poema Pedagógico” en el cual relata la historia y la evolución educativa que lleva a cabo en un centro de menores conflictivos, con las bases teóricas de la Educación Social.

La Educación Social es una profesión de carácter pedagógico, generadora de contextos educativos y acciones mediadoras y formativas, que son ámbito de competencia profesional del educador social, posibilitando:
La incorporación del sujeto de la educación
a la diversidad de las redes sociales, entendida como el desarrollo de la sociabilidad y la circulación social.
La promoción cultural y social, entendida como apertura a nuevas posibilidades de la adquisición de bienes culturales, que amplíen las perspectivas educativas, laborales, de ocio y participación social.


Tradicionalmente, la definición de la educación social ha sido abordada desde la historia en dos perspectivas:
- Atendiendo a los ámbitos de trabajo del educador social o de los colectivos a los que se dirige su actuación (educación de personas adultas, educación no formal, etc.)

-Atendiendo a los fines que se persiguen con la acción socioeducativa.


El Consejo Estatal de Colegios de Educadores y Educadoras Sociales (ASEDES), tratando de superar esta fragmentación, define la educación social desde un doble eje:


- Como derecho de la ciudadanía.


- Como profesión de carácter pedagógico


Así, se entendería la educación social como el derecho de la ciudadanía que se concreta en el reconocimiento de una profesión de carácter pedagógico, generadora de contextos educativos y acciones mediadoras y formativas, que son ámbito de competencia profesional del educador social, posibilitando:


La incorporación del sujeto de la educación a la diversidad de las redes sociales, entendida como el desarrollo de la sociabilidad y la circulación social.


La promoción cultural y social, entendida como apertura a nuevas posibilidades de la adquisición de bienes culturales, que amplíen las perspectivas educativas, laborales, de ocio y participación social.


Petrus (1997) considera que son dos las características distintivas de la Educación Social: por un lado, su ámbito social (su campo de intervención lo constituirá el espacio sociocomunitario) y, por otro, su carácter pedagógico.


Quintana (1997), por su parte, habla de que son tres las principales maneras de entender la educación social:


Educación social como forma primordial y hasta exclusiva de educación, que acapara la esencia y finalidad de la labor educativa, entendiendo que ésta se reduce a socializar perfectamente al individuo.


Educación social como un aspecto importante de la educación general, junto a otros a los que ésta debe igualmente atender; su objetivo es la socialización del individuo, aunque vista como un medio de perfeccionamiento integral.


Educación social como forma pedagógica del trabajo social, atendiendo a problemas de marginación o de carencias vitales o sociales en que se hallan distintos individuos y/o colectividades.


Sería este último aspecto hacia el cual se encontraría enfocada la diplomatura universitaria de Educación Social en España, esto es, poniendo el acento especialmente en la intervención con personas o colectivos en situación desfavorecida o de marginación social. Quintana (1997) resalta la importancia de no dejar de lado la segunda forma de entender la educación social, en el sentido de la educación general que debe proporcionarse a todo individuo.


La Educación Social, según Ayerbe (2000) entiende que los fines que desempeña la educación social varían en función de múltiples variables, entre las que se encontrarían las necesidades atendidas, la ubicación institucional, el encargo recibido, la edad de los sujetos con que se trabaja, etc., pero, siguiendo a Múgica (1991), cita las siguientes como las principales funciones de la educación social:


- Informar a la población en general de las prestaciones y características de los servicios, centros y profesionales que trabajan con los sujetos de la intervención educativa.


- Observar contextos, actitudes y comportamientos y, detectar sujetos y grupos que se encuentran en situación de riesgo o inadaptación.


- Contactar con los sujetos de la intervención y recopilar información sobre sus problemas, relaciones, etc., para poder adecuar la intervención a la realidad y momento que los sujetos atraviesan.


- Planificar, programar e implementar una intervención educativa a fin de promover objetivos que potencien una progresiva maduración, una mayor inserción social, una mejor calidad de vida de los sujetos.


- Lograr una integración crítica de los sujetos en la realidad social, promoviendo para ello la reflexión, el conocimiento de los límites y posibilidades, el estudio de alternativas y búsqueda de soluciones, compartiendo momentos y actividades con los sujetos de la intervención.


- Implicar a los contextos sociales que envuelven al sujeto o grupo en el proceso educativo, en las respuestas a las necesidades y problemas que plantean, considerando para ello al sujeto y a la comunidad como agentes activos de cambio, potenciando los recursos de que se dispone.


- Coordinar el trabajo con el de otros profesionales que trabajan directa o indirectamente con los sujetos y con los recursos comunitarios, utilizándolos y participando en la búsqueda de alternativas.


- Mediar entre los sujetos de la intervención y las instituciones, facilitando el acceso normalizado a los recursos (escolares, sociales, laborales, etc.).


- Posibilitar alternativas aportando recursos en aquellos aspectos en que el sujeto sea más deficitario.


- Dinamizar las relaciones de convivencia: promoverlas, reforzarlas y potenciar sus aspectos positivos.

La Educación Social por tanto, lleva a cabo una intervención socioeducativa que es entendida, en general, como el conjunto de actuaciones, de carácter motivacional, pedagógico, metodológico, de evaluación, etc.… que se desarrollan por parte de los agentes de intervención, bien sean institucionales o personales, para llevar a cabo un programa previamente estructurado y contextualizado, cuyo objetivo es intentar que las personas o grupo con los que se interviene alcance, en cada caso, los objetivos propuestos en dicho programa.

Tras este repaso sobre los rasgos más importantes de la Educación Social, es fácil darse cuenta de que en la obra “Poema Pedagógico” de Makarenko, hay muchos factores definitorios de esta disciplina.


Debemos situar al autor, en un contexto concreto, en la Unión Soviética, donde empieza a proliferar los ideales marxistas y comunistas.


La educación comunista se basa en los principios emanados de la propuesta sociopolítica del marxismo-leninismo. El principio educativo comunista parte del cuestionamiento de la explotación capitalista y pretende elevar a las masas explotadas a una nueva situación en la que puedan desarrollar todas sus potencialidades físicas, mentales y espirituales.


Para hacer esto se propone un modelo educativo que vincule la vida del trabajo con la escolar para que la primera incorpore principios de la ciencia a la rutina laboral haciéndola un acto consciente, con el objetivo final de eliminar la división social del trabajo entre el trabajo intelectual y el manual, que favorece la explotación del segundo por el primero.
Además, se busca dar una formación cultural y espiritual que permita a los hombres el disfrute de los bienes espirituales producidos por la humanidad y contribuir al saber universal con una cultura proletaria.


Makarenko, de origen obrero, hace un gran énfasis en que se debe poner especial atención a la organización de la escuela como colectividad e insiste que en las escuelas no prestan la debida atención a la organización de la experiencia infantil, la experiencia de la vida, la experiencia comunista. Es decir, la educación debía prestar a la tarea de implantación definitiva del comunismo, a sus diferentes formas de concebir el papel de la educación en la edificación de la sociedad comunista, el enfoque es por lo tanto netamente comunista.


Makarenko no acepta que la educación deba fundamentarse sobre las necesidades del niño y más bien, las necesidades en que debe ponerse más énfasis es en las de la colectividad, en las de la sociedad, las del país y el sentimiento del deber tiene que ir siempre ligado a ésas necesidades; opina además que el hombre se mueve según las leyes de la naturaleza y por consecuencia el papel de la educación consiste en educar esa naturaleza en función de esa sociedad, de tal manera que los educadores soviéticos no son los servidores de la naturaleza sino los maestros.


Afirma que el culto a la espontaneidad no sólo menosprecia el papel de la educación sino que es socialmente perjudicial y entonces, no queda otra alternativa que abandonarlo; establece que a la autodisciplina y a la autoorganización se les debe de sustituir por una disciplina consciente, entendiendo por disciplina no la inhibición de las acciones, sino que debe ser enfocada desde el punto de vista soviético, debe inducir a vencer dificultades, debiendo ser disciplina de lucha y avance, de inspiración a algo y la lucha por algo; cuyo objetivo está expresado en el logro de las cualidades del carácter que definen a la personalidad comunista; exige además una educación de la voluntad, capacidad absolutamente necesaria para el progreso de la comuna y la sociedad, ya que si el niño se habitúa a realizar sus deseos sin ponerles nunca freno, nunca tendrá fuerza de voluntad.


Menciona además que se deben lograr otras cualidades como: la honestidad, la diligencia, la eficiencia, la puntualidad, la capacidad de orientación, la subordinación y la capacidad de mando; estas dos últimas cualidades son claramente comunistas.Cada joven debe saber subordinarse en el momento de ser subordinado pero aclara que la subordinación debe ser al camarada, no al amo o al rico, y que a la vez debe saber mandar al camarada cuando se le faculte para ello.


Es preciso pues organizar la colectividad de tal forma que se eduquen cualidades reales y verdaderas de la personalidad, no cualidades imaginadas. De esa manera el método individual tendrá un efecto mucho más fuerte, más bello y adecuado, ya que según Makarenko, si no hay colectividad y educación colectiva con el método individual surge el riesgo de que eduquemos individuos y nada más. Se debe ser además consciente de que las buenas cualidades necesitan años para formarse, pues no se puede educar un carácter con ningún método o procedimiento especial de acción rápida, el carácter sólo se puede formar mediante la prolongada participación de la persona en la vida de una colectividad adecuadamente organizada, disciplinada y orgullosa de sí misma.


Como se puede observar, su posición teórica y su estilo personal son muy peculiares. Es un educador duro, exigente y no da lugar a que exista abandono, dejadez o fallas, plantea y organiza una serie de actividades a realizar exigiendo su cumplimiento satisfactorio, convencido de que es necesario que el hombre se presente a sí mismo grandes exigencias, pues de tal manera se educa.


En la actualidad, la educación colectivista propuesta por Makarenko se considera una propuesta pedagógica integral, que concreta una posición ante el mundo y se vincula a una práctica política y económica.


Frente al reto que constituye armonizar los intereses sociales con los particulares de los educandos, Makarenko responde involucrando a éstos en la búsqueda de soluciones a los problemas cotidianos; haciéndolos copartícipes en la organización de la vida escolar y productiva, generando lazos de colaboración, respeto, autoridad compartida y disciplina.


El logro obtenido con esto consistió en formar personalidades productivas y solidarias con su pueblo y la nueva sociedad.


En definitiva, se puede concluir enfatizando la relación que tiene la teoría propuesta por Makarenko con la teoría que planta las bases de la Educación Social, esta relación se basa en una educación que cubra las necesidades de las personas de manera integral, y que tenga como objetivo principal la de crear conciencia colectiva, promoviendo valores como la solidaridad o el sadcrificio.


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