lunes, 14 de junio de 2010

Amnistía Internacional y los Centros de Protección Terapéuticos de menores


Hace relativamente poco tiempo, he tenido la oportunidad de leer un informe realizado por la Organización conocida como Amnistía Internacional, donde se denuciaban y se sacaban a relucir aspectos realmente escalabrosos sobre los Centros Terapéuticos de Menores en tres Comunidades Autónomas; Andalucía, Cataluña y Madrid. A continuación, os facilito el enlace donde se puede acceder a documento y mi reflexión acerca del tema




He llevado a cabo la lectura comprensiva de un documento facilitado por Lourdes. Dicho documento, es un Informe elaborado por Amnistía Internacional estudiando diferentes Centros de Protección Terapéuticos de Menores en las Comunidades Autónomas de Andalucía, Madrid y Cataluña.

Dicho informe, redacta los escalofriantes sucesos que han tenido lugar en diferentes centros en cuanto al trato que reciben los menores ingresados en ellos. Los protagonistas cuentan su historia y no dejan indiferente a nadie.

Este informe, reúne información y evidencias de apoya las preocupaciones de Organizaciones y Activistas, incluido el informe del 2009 del Defensor del Pueblo, en torno a la desprotección y el abuso contra los derechos del los niños que pasan por los centros de protección terapéuticos. Esto sucede a pesar de que la propia legislación española, consagre todos los acuerdos y declaraciones decretados en la Convención sobre los derechos del niño.

Se ha demostrado que estos centros, llevan a cabo actuaciones que promueven la violencia, los abusos y la discriminación de estos niños. A pesar de que esto suceda, también es existente una situación de desprotección de estos menores, ya que esta situación es muchos casos quedas invisibilizados e impunes, por lo que no se hace más que reforzar el ciclo de exclusión, discriminación y violencia en la que se encuentran estos menores.

Uno de los detalles más importantes que se dan en este Informe, y bajo mi punto de vista, la raíz de todo el problema, es que esta invisibilización para la sociedad de la que he hablado anteriormente ocurre, debido a que se desconoce el número de centros terapéuticos abiertos en España, así como el número de menores internados en ellos.

Además, los poderes públicos pertenecientes a las tres comunidades estudiadas, no llevan a cabo con regularidad sus funciones de control y supervisión, lo que propicia también esta situación de libertad y descontrol que se presenta en la regularización de los centros.

Otro de los aspectos que me han llamado especialmente la atención, es que en España no existe un mecanismo coordinado entre las autoridades competentes en materia de protección de menores, que lleve a cabo una detección temprana de las situaciones de abusos y violencia que se dan con estos menores en muchos de los centros.

Por otro lado, también resulta llamativo y preocupante el trato que reciben los menores en los centros, donde sufren abusos de forma constante, lo medican en exceso y no les dan una enseñanza escolar que les eduque y les forme para el futuro.

La intervención que se precisa, es la del Gobierno, que de forma inmediata debe abordar la situación en los centros terapéuticos y llevara cabo una reforma que tenga como base los derechos humanos y los del niño.

En cuanto a las recomendaciones que más me han llamado la atención, ha sido las destinadas a la visibilización de estos menores en el Sistema Español, la supervisión de los planteamientos y actuaciones que se llevan a cabo para el tratamiento de los menores con problemas de conducta, para regular las actividades que se llevan a cabo en dichos centros, y por último pero también muy necesario, investigar los abusos que se han llevado a cabo durante todo este tiempo a los menores internados en los centros terapéuticos.

Para terminar esta reflexión, me gustaría añadir que es intolerable conocer la realidad de cientos de niños que viven esas situaciones cada día y no hacer nada al respecto para solucionarlo. Es necesario que las autoridades lleven a cabo una actuación seria para cambiar de inmediato esta situación.

Una situación, en la cual los centros no están orientados a ser reformadores y reeducadores para concienciar e integrar a los niños y los jóvenes en la sociedad, sino más bien al maltrato, la violencia y la exclusión de los mismos sin darles la oportunidad de poder llevar una vida sana y digna, y de poder disfrutar del derecho a la infancia, fundamental hoy en día.

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